miércoles, 28 de marzo de 2012

DISCÉPOLO ATP

CANARO,DISCEPOLO Y TROILO

En la tarde de ayer se realizó un emotivo homenaje al visionario Enrique Santos Discépolo, autor, compositor, dramaturgo y -quién podría negarlo- gran filósofo del siglo XX.
La cita fue en el auditorio de la Cooperativa Obrera de la ciudad de Bahía Blanca sito en Zelarrayán 560. La propuesta de Dandy Producciones para el Ciclo Bahía Blanca No Olvida versaba sobre música del artista en vivo y la proyección de un documental sobre su vida y obra. “Estoy sorprendido por la respuesta del público y la amplia concurrencia de jóvenes. No imaginé que esta propuesta tuviera tanto éxito y atrajera tan variadas generaciones”, expresó José Valle, productor del evento.
GABY "la voz sensual del tango"
La apertura musical y conducción estuvo a cargo de Gaby, La Voz Sensual del Tango, quien eligió los tangos Secreto, Sin palabras y Mensaje de Discépolo para compartir con los presentes. “Traté de cantar tangos que no se encontraran en el documental y que concordaran con mi estilo. Quizás el más alejado a la temática y estética de mi repertorio sea Sin palabras, estrenado por Libertad Lamarque en la película Romance Musical, por su estilo estridente y agudo, pero quise incluirlo porque era una forma de mostrar distintos tipos de tangos que escribió el poeta. Secreto (historia de un hombre que lamenta haber destruido la vida de su familia por una relación paralela que no puede terminar) lleva música y letra de Discépolo, Sin palabras fue musicalizado por Mariano Mores (tango que trata sobre el dolor por el amor perdido) y Mensaje tiene música de Discépolo pero letra de Cátulo Castillo. Este último en particular es mi preferido, es un mensaje que Enrique dedica a Tania desde el cielo; según el autor de la letra, Discépolo mismo se la dictó en un sueño. Me pareció una linda forma de demostrar su ductilidad para la composición y la poesía, su capacidad de adaptación a los distintas temáticas y contextos. Claro que su faceta social y sensible al dolor ajeno quedó más que bien expuesta en la película exhibida”, dijo la cantante emocionada por la amplia concurrencia y la buena respuesta de la gente frente a la propuesta.
Dentro del show musical hubo un merecido reconocimiento al periodista Roberto Oña, quien además de haberse dedicado al periodismo gráfico, es conductor de un programa radial Folklore Dimensión 2000 en Radio Nacional Bahía Blanca, al aire desde hace más de 10 años, y autor le letras de canciones como Misterios de sur y hielo musicalizado por Eduardo Falú, referido a la Antártida -objeto de gran admiración para Oña. El reconocimiento a la trayectoria fue entregado por José Valle en nombre del Centro de Estudios y Difusión de la Cultura Popular Argentina (CEDICUPO) por la labor realizada en pos de la cultura nacional.
Otro protagonista de la tarde, y asiduo colaborador de Dandy Producciones en sus emprendimientos, fue Eduardo Giorlandini, quien leyó una poesía que dedicó a Discépolo:
DISCEPOLÍN
Fueron días y noches de encierro
En antiguos tiempos de sombras
En el cuarto, tan pequeño y solitario
Tu mundo, sin juegos y sin hondas.

Después, al doblar la esquina, yendo al centro,
Te astiyó el dolor profundo de los otros,
En la misma calle, el mismo espectro,
El mismo café, el sentimiento eterno.

Que anidó en tu cuerpo como Cristo roto.
Sublimaste en letras tu sentir tanguero,
El numen, la hondura de tu estro,
La empatía, la fe desde tu canto bronco.

Dejaste, así, precioso testimonio
De utopías, de esperanzas, y tu rostro
Se iluminó como antorcha, como un verso
Que sembró con fervor los ideales locos.
La proyección del documental fue de aproximadamente 50 minutos que fueron disfrutados por el público con sonrisas, curiosidad y algunas lágrimas ya que en el mismo se reflejaron los grandes logros del artista, su amor por el prójimo, su preocupación por los caminos de su país en la primera mitad del siglo y también su gran tristeza padecida en los últimos años de vida, cuando su adhesión al peronismo -abierta y frontal- le legó injustos desprecios y odios no merecidos. “Él no podía soportar que no lo entendieran, que a otros se lo hubieran perdonado y a él lo juzgaran… y un día dejó de comer”, así relató el final del artista su amigo Osvaldo Miranda, quién concluyó  diciendo “No sé cuándo, pero un día lo voy a encontrar, y me va a decir: linda hora de llegar, eh”.
Bahía Blanca realmente no olvida a quienes hicieron grande la cultura popular, y así lo demostró la gente de todas las edades que se hizo presente en este homenaje, para alimentar el recuerdo, como  acompañando las palabras de Homero Manzi: “…Vamos, que todo duele, viejo Discepolín”.



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